Son varias las recetas que he ido probando del guacamole, pero ninguna acababa de convencerme por completo. Al final retocando me quedo con esta, quizás es la versión mas simple pero la que más me gusta. Con unos buenos nachos resulta excelente.
Ingredientes (para 2 personas):
- 1 chalota
- 1 aguacate maduro (en su punto)
- 3 o 4 tomatitos cherry rojos o amarillos
- Zumo de una lima o medio limón
- Sal
Paso a paso:
1. Empezamos preparando los ingredientes que le vamos a añadir al aguacate. Siempre escoge una chalota en vez de una cebolla corriente. El tamaño es ideal y el sabor mas suave. La pelamos, lavamos y la cortamos lo mas pequeña posible.
2. También escojo siempre tomate cherry. En esta ocasión amarillos, pero normalmente rojos. Al ser cherry el tamaño es ideal y contiene menos agua que el el tomate rojo maduro, así no agua tanto el guacamole. Los lavamos y los cortamos en trocitos lo mas pequeños posible.
3. Finalmente preparamos el aguacate. Para hacer el guacamole es importante que esté maduro, pero tampoco excesivamente blando, debe estar en su punto. Lo cortamos por la mitad horizontalmente y con una cuchara vaciamos por completo en un plato.
4. Añadimos el zumo de una lima, o de medio limón. El ácido que contiene el cítrico conseguirá que el aguacate tarde mas en oxidarse.
5. Con la ayuda de un tenedor machacamos el aguacate, hasta que quede bien cremoso. Siempre he oído que el hueso del aguacate ayuda a qué no oxide, así que siempre lo mantengo en el plato hasta el momento de servir. No se si es cierto o no, así que por si a caso siempre lo dejo.
6. Añadimos la cebolla, el tomate y el punto de sal. Probamos hasta que esté a nuestro gusto.
7. Servimos acompañados de unos buenos nachos. Yo siempre uso de la marca Xochitll, que están riquísimos. En este caso los de patata lila al punto de sal.
Añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen extra por encima y...¡¡A comer!!
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