Llevaba tiempo en busca de la receta perfecta de cookies, me gustan con un sabor intenso a chocolate, vainilla y sobretodo que queden muy muy crujientes. Con esta receta vuestras meriendas dejaran de ser aburridas, super apta para todos los públicos, ideales para desayunos y meriendas. Os van a encantar.
Ingredientes:
- 100g de copos de avena molidos
- 200g de mantequilla
- 125g de harina de trigo
- 1 huevo de gallinas felices
- 1/2 vaina de vainilla de madagascar
- 2 cucharaditas de levadura
- 100g de gotitas de chocolate negro 70%
- 110g de azúcar moscovado
- 200g de mantequilla
- 125g de harina de trigo
- 1 huevo de gallinas felices
- 1/2 vaina de vainilla de madagascar
- 2 cucharaditas de levadura
- 100g de gotitas de chocolate negro 70%
- 110g de azúcar moscovado
- 100g de azúcar blanco
- 1 pizca de sal
Paso a paso:
1. En un bol mezclamos la mantequilla, que debe estar en punto pomada con el azúcar moscovado y el azúcar blanco. Batimos a velocidad media hasta que se forme una crema densa.
2. Añadimos el huevo a la crema y seguimos batiendo a velocidad baja. También incorporamos la media vaina de vainilla natural.
3. Mezclamos la harina con la levadura y la pizca de sal. Añadimos la harina con la levadura y los copos de avena e integramos del todo, los copos de avena debemos triturarlos bien antes. Nos debe quedar una masa con una consistencia densa.
4. Por último añadimos las gotitas de chocolate negro. Mezclamos ligeramente y ya tenemos nuestra masa de galletas lista.
5. Precalentamos el horno a 190ºC arriba y abajo. Cubrimos la bandeja de horno con papel. Cogemos porciones de masa, yo las hago de 20g aproximadamente. Boleamos con las manos un poquito, y distribuimos en la bandeja. Os cogen unas 12-16 galletas.
6. Aplastamos cada bolita con las manos y horneamos durante 12 minutos. No hace falta que las aplastéis demasiado, al llevar la mantequilla durante el horneado se chafarán un poquito más.
7. Pasados los 12 minutos, sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla. Al sacarlas saldrán ligeramente blandas, pero al enfriar endurecerán por completo. Son muy crujientes.
8. Cuando hayan enfriado del todo estarán listas para desayunos, meriendas... Eso si, siempre guardadas en una lata para que no se humedezcan.
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